domingo, 3 de febrero de 2013

Intervención Sr. Rajoy: Cuatro argumentos y un funeral


Fueron 15 minutos. Un tiempo más bien escaso atendiendo al motivo de su existencia, pero que aun así, como lo son todos los 15 minutos de este mundo, sirven para lo que uno quiera dedicarlos o para lo que el destino decida.

En 15 minutos, se toma uno un cafetito con algo de respiro, deja hecha la cama recién levantado, gana o pierde la final de un mundial, se declara a la novia o conoce el sexo de su primogénito. Uno puede tirarse de un puente, fumarse un cigarro o un canuto –según circunstancias o gustos- escucharse dos canciones de Sabina o media encíclica a buen ritmo. Otros ayer, decidieron dedicar esos 15 minutos a la verdad y a un funeral.

A la verdad, porque hacer uso de ella es fácil. Dos más dos son cuatro. El Everest mide 8.848 metros de altura y así hasta que el astro rey se apague. Pero una cosa es la verdad y otra la sinceridad. Para decir la verdad, los ejemplos dados. Para ser sincero: jamás utilizar una verdad que no sea la requerida. Y ayer el Sr. Rajoy, utilizó hasta la saciedad este recurso de la sinceridad de “pega”, a base de verdades por las que nadie le ha preguntado y sobre todo, que no responden a lo que los ciudadanos esperaban y por cierto, se les debe.

Decir que aseguraba rotundamente que el PP nunca ha tenido cuentas en Suiza, pues está bien y seguro que es cierto, porque nadie ha dicho que las tenga. Esa verdad, no exige ninguna dosis de sinceridad. Lo que exige sinceridad, es descubrir, investigar y explicar, porque las tiene el ex tesorero del PP, de dónde salió ese dinero, porqué manos pasó y el motivo de su existencia. Y otro tanto debería decirse de las famosas entradas y salidas de dinero, del porqué de los obsequios recibidos por la ministra Mato (o por su ex, que cada vez esto de tener ex es más peligroso…te la pueden liar en la cara o con un pseudónimo).

También argumentó que no pensaba especular con este asunto. Y cómo se le agradecemos ¿verdad? ¡Faltaría más, que la obligación de un presidente del Gobierno fuese la especulación de temas así¡ Pero está bien que lo diga. Una verdad más, nunca molesta, aunque puede saber a poco. Por cierto, la intención con la que se difunde una noticia, puede ciertamente ser muy reprobable y mezquina, hasta punible, pero eso ni minimiza ni exonera de las consecuencias e importancia de su posible veracidad.

Nadie duda tampoco que él, hubiese ganado mucho más dinero como registrador de la propiedad, pero esa verdad, en caso de ser relevante para algo, lo sería si alguien le hubiese obligado a abandonar dicha profesión para hacer la carrera política y llegar a ser presidente del gobierno, pero ¿no es así, verdad? A quienes sí que les han “obligado” a escoger su “destino” profesional, son a cada uno de los 6 millones de parados de este país.

Decirnos que nos va a enseñar sus declaraciones de renta y patrimonio, suena tan alejado de lo necesario y requerido, como el presunto adúltero que le enseña el certificado de matrimonio a su mujer para demostrarle su fidelidad a toda prueba. Verdad será el certificado y verdad puede que sea el adulterio. No fastidiemos.

No se le puede negar sin embargo, cierta dignidad retórica y hasta elegancia, personándose como parapeto de todos los ataques, pero de ahí a resumirlos como una falsedad en su totalidad, y una horda de presunciones, confabulaciones, insidias y toda la mala leche que considere que el mundo pueda destilar hacia su partido y hacía a el mismo, parece excesivo y hasta fuera de lugar.

Pudiera ser incluso que algún judeo-masón perdido y aislado en alguna selva durante estos últimos 70 años, hubiera desempolvado su espada y se hubiera puesto de nuevo a jugar, a las resabidas y vetustas confabulaciones de antaño. Seguro que en Cuarto Milenio pronto se terciará el tema si es el caso. 

No obstante, seguro que a muchos españoles, escuchar de su boca un rotundo: “No voy a necesitar más que dos palabras: Es falso”, nos hizo rememorar por un momento otro verso “insigne” de imborrable recuerdo: “En dos palabras: im presionante”. Con personajes y frases así, la posteridad tiene la imborrabilidad de su memoria asegurada.

Este país, tanto para los que le han votado, como para los que no, no necesita un presidente que hable así y con esos argumentos, ante un asunto tan crítico y mucho menos, que lo haga por “videoconferencia” desde la habitación de al lado. Necesita menos verdades ya sabidas y más sinceridad, menos confabulaciones y más explicaciones, menos “yoísmo” y más vergüenza ajena.

Ayer, esa frase tan manida que suele oírse en los funerales: “siempre se van los mejores” se hizo cierta, porque el funeral sí hubo y los mejores, no estaban.


2 comentarios:

  1. Nunca vi una "rueda de prensa" no ya sin preguntas, sino sin la presencia física del personaje. Es lo más increible que se ha visto, como se puede hablar a un auditorio convovado a través de un monitor de TV. No se ha resaltado lo suficiente la "originalidad" del método.

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    1. Pues te doy toda la razón. El "formato" evasivo elegido, me parece un cruce confuso entre Farenheit 451 y Rebelión en la Granja de Orwell, claro que tambien a Darth Vader dando instrucciones a la sala de mando, pero en fin.

      Creo que la misma sensación de ausencia y distancia que consiguió -quizás con toda la intención- con esa estética, fue la que dejo con el contenido de su discurso. Hoy con la Merkel, sin embargo, ya ha necesitado más de dos palabras, para definir su postura cuando ha recibido preguntas de verdad.

      Un saludo y gracias por tu aportación.

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