domingo, 13 de octubre de 2013

Catalunyacaixa…el acuerdo de la vergüenza

Llevamos no pocos milímetros de baldosa gastada, de tanto paseo y vaivén, dándole vueltas a cómo escribir  nuestro parecer sobre el acuerdo alcanzado la madrugada del pasado jueves, entre los sindicatos y CX sobre su ERE.

Nuestro posicionamiento, ya es conocido por todos los que con mayor o menor asiduidad siguen nuestro blog: a estas alturas, por lo que se tendría que haber luchado y el posicionamiento que deberían haber tomado los sindicatos de CX, es haber trabajado, pero de verdad y a todos los niveles, por invalidar las razones, económicas, estratégicas y estructurales, en las que se sustenta el ERE de CX, en lugar de considerarlo como algo inamovible, poniéndose a negociar y encima firmar un acuerdo.

Un aspecto, el de la fundamentación de las causas del ERE, al que una parte de la mesa ha dedicado mucho esfuerzo y tesón en obviar, y mucha complicidad y colaboración la otra, en no usarla en ningún momento como objeto ni de oposición, ni de negación real y concreta para ponerse a negociar.

Y mucha complicidad es esa, cuando precisamente las condiciones reflejadas en el MOU -Santo Grial de la falsa inmovilidad para sindicatos y empresa- nacen en el seno de una directiva despedida de forma procedente por su mala gestión y también imputada, junto con Narcís Serra, por administración desleal. Ahí es nada.

Tanto es así, que en dicho acuerdo se hace mención expresa de la aceptación, por ambas partes, de la concurrencia y suficiencia de las causas económicas y productivas para la ejecución de dicho ERE. Y si no, véase la página 4  de dicho acuerdo.

Pero este ejemplo, no es más que una pequeña muestra de todo el derroche de palabrería y charlatanería barata y miserable, de la que han hecho gala los representantes sindicales sentados a esa mesa de negociación, a lo largo de todo este proceso.

De hecho, se han ganado a pulso y de forma incontestable –aunque su necedad seguro que daría para su protesta-, el haber mentido a todos los trabajadores de sus territorios legacy, cada vez que han llenado sus bocas, con el discurso de que ellos no hacían distinciones entre trabajadores de esa zona y de la core, para luego firmar un deplorable acuerdo, cuyas condiciones económicas están basadas en su totalidad en la antigüedad laboral de los empleados ¿No sabían que estaban negociando el despido para unos trabajadores fuera de Cataluña,  que de medía sólo tienen una antigüedad de 15 años, mientras que en Cataluña es de 32 y que la mayoría de despidos afectaban, precisamente, a los de fuera de Cataluña?

Pues sí, lo sabían, y con ese conocimiento han llegado al acuerdo que han llegado, porque les importaban un carajo esos empleados y que los más de 70.000€ de diferencia que provoca esa discriminación en algunos casos. Para ellos no era relevante. Ellos son sindicalistas, espíritus libres y entregados a causas donde el dinero no es importante…ni la dignidad por lo que se ve.

El sindicalismo en CX ha hecho gala, con todos los honores, a esa masa de sindicalismo y sindicalistas que se apuntaron a un sindicato para vivir del cuento. A una legión de incompetentes mediocres, inmorales e incapaces profesionales que tuvieron muy claro, al iniciar su vida laboral, que su único camino de supervivencia era bajo la protección de un sindicato y dónde consiguieron el caldo de cultivo perfecto para el pleno desarrollo de todas sus ambiciones y miserias.

Son elementos a los que jamás se les puede pedir nada, porque nunca han dado nada ni han servido para nada en realidad. Nadie les recuerda trabajando codo con codo con los empleados, que precisamente, dicen que defienden.

Pero ellos, los 13, conservaran sus puestos de trabajo, les invitaran a comisiones parlamentarias de control, repartirán mítines, asambleas y declaraciones con arengas y peroratas leídas, sobre derechos y justicia social y hasta alguno, si le compensa lo suficiente, alzará su puño por la clase obrera y la justicia social y les seguirá encantando pasearse por despachos y mesas para mendigar por sus “asuntillos” y así creerse personajes influyentes e importantes para sus amigos.

Para los otros, para los 2.000 y sus familias que se quedarán sin trabajo y cuyo futuro pusieron en manos de esos miserables, les quedará siempre la posibilidad de agradecerles en persona a sus representantes sindicales lo que sus organizaciones hicieron por ellos o también, y con todo el derecho, cagarse en su puta madre para siempre (no vamos a pedir perdón por el exabrupto. No lo sentimos). Pero eso sí, que se den prisa, no sea que en unas semanas, se hayan ido protegidos por sus sindicatos para seguir trabajando con CX en la zona core.

Los que participamos en este blog, no tenemos la indecencia de Susana Muns –representante de UGT- de calificar el acuerdo alcanzado de “mínimos, pero firmable” y destacar, antes que el drama social provocado por su papel, la “unidad de acción que han mantenido los 4 sindicatos durante el proceso de negociación”.

Tampoco tenemos la desfachatez de Montse Delgado de CCOO, en cuya asamblea –posterior a la firma del acuerdo- decía abiertamente que no era el acuerdo que deseaba la plataforma sindical, pero si el mejor…claro, ¡Cómo no¡ ¿Para quién?.

Sólo nos faltaba oírla decir que la unidad sindical sólo tenía el 5% de responsabilidad en la firma del acuerdo…. O a Narcís Serra y Adolf Todó declarando que ellos no querían cobrar lo que cobraron en CX, pero que se lo pagaron…o ¿ya lo dijeron en alguna ocasión?

En este país, que lo malo se venda siempre como la mejor opción, empieza a ser el eslogan preferido de la incompetencia y el escudo excusador de vagos y maleantes. Nos gustaría ser el hijo de esta señora para poder decirle: sólo he aprobado una mamá, es una mala noticia, pero la mejor teniendo en cuenta que no he dado palo al agua en todo el curso y más teniendo en cuenta el contexto de crisis del país.

Pero tampoco tenemos, ni ya las baldosas ni el cuerpo, para dejar de reclamar, de una vez por todas, la necesaria existencia de un sindicalismo de calidad, ejercido por personas que además de tener la calidad y capacidad profesional que requiere dicha labor, posean una formación y catadura moral y valores a la altura de los derechos que tienen la obligación de defender y abanderar de forma irreprochable.

Empieza a ser hora de que la existencia de ese perfil, sea una responsabilidad inexcusable para los dirigentes del sindicalismo de este país. Si admites en tu organización a cualquiera, acabaras siendo un cualquiera y ejerciendo como tal.

No queremos cerrar esta entrada, sin recomendar la lectura del fantástico artículo, aunque tan duro como real en nuestra opinión, publicado en el blog de la Plataforma de Empleados CX sobre la firma del acuerdo.

Fuentes:






  

No hay comentarios:

Publicar un comentario