- Oiga!, ¿usted o es un descarado o es que se
le han pegado las sábanas esta mañana y ha salido o toda prisa de su casa?
- Pero señora, ¿Cómo se atreve? ¿Por qué me
dice eso?
- Pues porque va con la bragueta abierta y
enseñando la chorra caballero.
Posiblemente
no es la forma más elegante de empezar un post destinado a un blog, pero
después de leer los 2 titulares que ha copado Catalunyacaixa ayer y hoy en la
prensa, nos ha salido la vena un tanto ruda.
Por un lado,
ayer, El Mundo
se hacía eco de las declaraciones de De Guindos, sobre los 12.000 millones de
euros destinados en ayudas a Catalunyacaixa, dándolos por pérdidos, así como de
los 15.000 millones adicionales, que de momento, iba a necesitar la CAM,
vendida en el 2.011 al Banc Sabadell, y que aunque no se refirió a ello
directamente –ya conocemos a De Guindos en estas lides-, ya anticipamos que
también se darán por perdidos. Es sólo cuestión de tiempo que se dé cuenta, de
lo que todo el mundo ya sabe desde hace mucho tiempo: que lleva la bragueta
abierta.
Si hacemos memoria,
la CAM se vendió al Banc Sabadell por 1€, tras ser recapitalizada con 5.249
millones y asumiendo el vendedor, durante 10 años, el 80% de las pérdidas
derivadas de su cartera problemática –delicioso eufemismo este- de activos,
valorada en 24.000 millones. En realidad, la protección era para el 100% de su
cartera, ya que si los datos son ciertos, y con la CAM eso es mucha temeridad,
en el momento de su venta disponía de una provisión de 4.000 millones a tal
efecto. Total, que no es difícil deducir de los datos anteriores, que no era
una cartera problemática, sino una mierda de cartera –financieramente hablando,
claro está- que tendrá que pagarse totalmente con dinero adicional.
El resto de
la historia de la CAM, se puede repasar entre juzgados, demandas y condenas de
sus dirigentes. Ya sea por la pensión vitalicia de 370.000€ de su máxima
mandataria María Dolores Amorós, cobros irregulares
de dietas, concesión de créditos en sospechas condiciones a familiares y
“allegados”, sociedades pantalla para la creación
de holdings hoteleros, fraudes fiscales
varios, etc. etc. Vamos, el habitual y asqueante cuadro de “síntomas” al que,
desgraciadamente, ya hemos asistido en tantas ocasiones en este tipo de
entidades financieras.
Hasta aquí
la historia de Rinconete, y a escasos metros, nos queda la de Cortadillo ¿Qué
se puede decir de Catalunyacaixa a estas alturas? Quizás, y de ahí el principio
de este post, que todo el mundo sabía que en este asunto había muchos
“actores” con la bragueta abierta y que la “chorra” que ahora nos están
enseñando, la de dar por perdidos los 12.000 millones que recibió en ayudas, todos se la habíamos visto.
Habría que
decirle al Monipodio particular de esta historieta, un tal De Guindos, que eso
era conocido, sabido y anticipado por todos, hasta por él mismo. Y que del torpe
y errático polvo de sus decisiones en el
asunto de Catalunyacaixa, viene el infumable, indigerible e invendible lodazal
en el que se ha convertido esta entidad. Porque, ya hay que ser torpe e
incapaz, para conseguir que lo que valía nada, acabe valiendo menos, perdiendo de
por medio 12.000 millones de euros. Y eso que se lo advirtieron, no pocos de la
extensa lista de gabinetes y agencias de consultoría y auditores contratadas –y
convenientemente pagadas- para encontrar un padrastro a esta entidad, cuando
por pura chulería decidió suspender la última subasta, no aceptando las ofertas
que tenía encima de la mesa y permitiendo que el deterioro económico, léase
coste para todos, hasta el día de hoy sea el que es.
Parece sin
embargo, que este vía crucis aún tiene pendiente por depararnos perlas nada despreciables.
Y si hasta ahora, las ya oídas en estos 2 últimos años sobre Catalunyacaixa no
han sido pocas: una entidad con gran valor de marca, ya saneada y con una gran
liquidez, con numerosos pretendientes, que no se venderá por trozos aunque sin
descartar ninguna opción, que se propone realizar banca de proximidad, de Km.0,
etc., la leída hoy mismo
sobre la convocatoria de reunión realizada por el gobierno a la Generalitat
para decir que hacer con ella, nos parece una delicia.
Brevemente,
la noticia hace referencia a una reunión de alto nivel convocada por el
gobierno –se menciona a Economía, Hacienda, FROB y Banco de España- con
representantes de la Generalitat y de la sociedad financiera e industrial
catalana para tratar sobre las posibles alternativas de futuro de esta entidad.
Habrá que
esperar, que dicha reunión no la abra nuestro ministro con la mismas declaraciones
que dejó ayer sobre Catalunyacaixa: “su agujero no tiene parangón” o lo de
“algún día cuando se haya privatizado, vendré a hablar de Catalunyacaixa”…o quizás
sí, porque si sus contertulios de reunión son del nivel que imaginamos, quizás
le respondan: Hombre Luís, que no se lo cuentes a los españoles, que no están
preparados, vale, pero a ¿nosotros tampoco?
En cualquier
caso, nos cuesta imaginar esas declaraciones en alguien que tiene la intención,
deber u objetivo –tanto da- de vender algo, refiriéndose en esos términos a su mercancía.
Quizás es que se haya cansado de manosearla tanto, pero aún así, en boca de un
ministro dan mucho miedo, pero sobre todo, abren muchas incógnitas y sospechas. Con vendedores así...
Teniendo en
cuenta la trayectoria hasta la fecha de este asunto, nos resulta complejo
determinar si este último movimiento se trata de un acto desesperado, de un guiño
Rajoy-Más, o de un órdago, con amenaza incluida, a los asistentes de esa
reunión bajo el eufemismo de confeccionar una “subasta a medida” para
Catalunyacaixa. Incluso cabe la posibilidad de que sea todo a la vez. Porque el
contexto es sumamente complejo para “todos” los asistentes.
De Guindos
tiene con Catalunyacaixa un pozo sin fondo del que no ha podido desprenderse,
que se le irá haciendo cada vez más grande y por el que sabe que no puede pedir
nada, sino todo lo contrario. Además, tiene pendiente de resolver la situación
de CEISS en cuanto si se le convertirá en otra entidad en la que tendrá que
poner dinero y luego venderla (y ya sabemos lo bueno que es vendiendo este
caballero).
Artur Más
está inmerso en otro follón, su proceso soberanista, en el que él mismo se ha
metido, de futuro y proporciones nada sencillas de anticipar. Además, ha puesto
en marcha o está en ello, el camino para disponer de un banco público propio,
que ya ha obtenido
la luz verde en el parlamento catalán, y que pasaría por la equiparación del
ICF (Instituto Catalán de Finanzas) al resto de entidades de crédito ¿Catalunya
Banc es la ficha bancaría que le falta a Artur Más?
El resto de “convocados”,
financieros e industriales, se moverán previsiblemente por sus propios
intereses los primeros, como ya han hecho alguno de ellos, tomando posiciones
ante el proceso soberanista, un tanto distanciadas de dicho proyecto, y los
segundos, además, por el especial cariño y recuerdo que le tienen a De Guindos,
como es el caso del presidente de CaixaBank, Isidre Fainé por, entre otros
episodios, la subasta de NCG.
Estando así
las cosas, será interesante conocer qué “toda o parte” de Catalunyacaixa es la que se pone a la venta
-¿Cuál es rentable?- y de qué forma, o si, como se dice en algunos rincones,
existe una voluntad de la parte catalana, de mantenerla como está hasta que
pasé la crisis beneficiándose del tope de 2017 establecido por Bruselas, se
resuelva además el proceso soberanista catalán, y claro está, siendo necesaria la
inyección de ¿unos cuantos de miles de millones? … más, para finalmente ¿entregársela
a quién?