jueves, 27 de marzo de 2014

Catalunyacaixa…resultados 2013, ¿negro, par y pasa?

Hasta la publicación ayer de los resultados obtenidos por Catalunyacaixa en 2013, no teníamos más datos que los ofrecidos en el cierre hasta septiembre. Estos, arrojaban un resultado positivo de 187,3M€, cuyo principal protagonista era la aportación de 470,6M€ provenientes del canje de híbridos, el denominado “burden sharing”. Un efecto que era omitido explícitamente en la nota adjunta explicativa de dichos resultados presentada en su momento en la CNMV.

Con estos datos,  no hace falta ser un lince para constatar que sin el “burden sharing”, el resultado hubiese sido de una pérdida de 283,3M€ que, evidentemente, podrían verse modificados en función del nivel de dotaciones realizadas hasta entonces, unos 377,4M€.

En conjunto, la comunicación de dichos resultados, se acompañaba de una prosa publicitaria llena de halagos y jolgorios varios por la magnífica situación y recuperación de la entidad de cara a afrontar retos futuros. En definitiva, una especie de hoguera de las vanidades aderezada con cierto regusto al paroxismo propio de las convenciones anuales de vendedores de Avón: nuevas etapas, llenas de recuperación y expectativas.

Ayer, por fin, con la publicación del resultado del 2013, era el momento de confirmar, o no, tales augurios. Así que ávidos de saber, nos dispusimos a leer la nota de prensa publicada en la CNMV, única información disponible por el momento de dicho cierre de ejercicio.

La agregación de conceptos en la contabilidad, puede ser en ocasiones, lo que las prótesis mamarias en la cirugía estética. Con justificación, criterio y prudencia, mejoran, facilitan y permiten un análisis acertado y eficaz. En exceso, pueden convertirse en una farsa grosera y de perversos resultados. Y viendo el  detalle de  la cuenta de resultados presentada ayer, nos tememos que algún cirujano contable de Beverly Hills ha colaborado en su elaboración.

Así, como quien no quiere la cosa, han considerado de forma agregada el impacto del “burden sharing”, los activos fiscales y las provisiones, arrojando un beneficio conjunto de 364,4M€. que, sumados a los 167,8M€ de margen de explotación, incrementan el resultado final hasta los 532,2M€.

¿Y ya está? … pues no, evidentemente, salvo que uno se sienta a gusto invadido por un profundo olor a chamusquina, además de ojiplático por tal homenaje a los juegos de manos. Más aún, cuando por mucho que se rebusque en la nota de prensa, no se ofrece ningún dato concreto que permita aislar el impacto real de cada uno de los conceptos que engloban los mencionados 364,4M€.

Según diversas fuentes como El Confidencial y El Boletin, la imputación realizada por créditos fiscales se sitúa en 2.023M€ y la correspondiente a dotaciones en -2.156M€. Si esos datos son correctos, es fácil deducir que la aportación por “burden sharing” debería haber sido de 497M€ para “casar” con los 364,4M€ de conceptos extraordinarios.

Si eso es así, ¿cuál es el resultado real de Catalunyacaixa en el 2013 sin estos conceptos “extraordinarios”? ¿Sigue arrojando beneficios? O como reza el titular de su nota de prensa ¿Realmente consolida su capacidad para generar resultado?... positivo, debemos entender.

Pero el misterio continua, o quizás nuestra ignorancia, dado que ni somos de Beverly Hills ni tampoco cirujanos. Leyendo el último post publicado por nuestro admirado y respetado Hipo en su blog Exbilderberg, hemos constatado que, como inteligentemente ha realizado su autor, tomando como referencia, a falta de más actuales, los valores que CX imputó en su resultado a septiembre 2013 por el “burden sharing”de 470,6M€ y los 377,4M€ en dotaciones y trasladándolos a los presentados ayer, los créditos fiscales aplicados deberían ascender al menos a 271,4M€, con lo que aislando estos conceptos extraordinarios, atípicos y no recurrentes, el resultado de CX tampoco sería el anunciado, arrojando unas pérdidas superiores a los 200M€.

No hay duda que habrá que esperar a disponer de una información más amplia con el detalle e información contable de la cuenta de resultados de esta entidad en el 2013 –lo haremos expectantes-, pero tampoco hay duda que echar mano de tanto acicalamiento y Photoshop en la presentación de unos resultados, no es nada honesto e induce a todo tipo de sospechas. 

Nos parece muy inquietante un incremento tan elevado en tan solo un trimestre de los importes correspondientes al “burden sharing”, créditos fiscales y dotaciones, como los que reflejan los publicados en prensa ayer comparados con los publicados en la nota de prensa de presentación de resultados de CX a septiembre 2013. Aunque más inquietante nos parecerá si hemos acertado y la dosificación realizada de alguno de estos conceptos se ha realizado más a fuerza de conveniencia, que de realidad o prudencia.

Da la sensación que en esto de “vender” resultados, sigue imperando la práctica de anunciar como plazo fijo, seguro y sin riesgos, lo que es incierto, variable y no disponible realmente.

¿Alguien puede "desinquietarnos", por favor?


jueves, 20 de marzo de 2014

A Bruselas…y no a por coles

El Frob y este gobierno han conseguido que su titularidad sobre Catalunya Banc, o lo que es lo mismo, su marca Catalunyacaixa, se haya convertido en una irresoluble pesadilla económica. Da lo mismo lo que hagan con ella, o más propiamente dicho, lo que otros harán con ella, ya que en el fondo, sus actuales titulares poco pueden determinar sobre su futuro, salvo que no sea empecinarse en seguir ostentando su costosa propiedad.

Entre unos y otros, Catalunyacaixa es la Estela Reynolds que ningún anfitrión desearía tener en su casa: seguro que te la destroza, “güisquito a güisquito” te dejará la cartera tiesa y tendrás asegurado un “pollo” tras otro con los vecinos.

Venderla en bloque es imposible. Nadie la quiere. Atesora en su balance tales avernos contables que las exigencias de su comprador, vía EPA o cualquier otro subterfugio contable de innovadora creación “ad-hoc”, harían desequilibrar aún más el marcador en contra de dicha operación (recordemos los -12.000 millones de euros a cargo de las arcas públicas).

Trocerarla, ya se ha intentado. Pero como resulta que el besugo lleva demasiado tiempo fuera del agua, los “cachitos” de tal troceo, requieren tanta merma y pulimento para poder venderse, que al final, quederá en sardinilla y la pérdida seguirá siendo enorme, es decir, la que ya es.

Un ejemplo de esta casuística, con el objetivo de dejar a Catalunyacaixa lo más lustrosa y atractiva, es vender de forma aislada una cartera de 7.000 millones de préstamos hipotecarios problemáticos. Pero resulta que son tan problemáticos que la rebaja exigida sobre su valor por el hipotético comprador –fondos buitre- implicaría seguir asumiendo importantes pérdidas.

Otra gloriosa idea en su momento, fue la segregación de todos los activos problemáticos de esta entidad en un banco malo, para así, vender adecuadamente y sin ayudas, el resto concentrado en el banco “bueno” (al final, el concepto del banco malo habrá que bautizarlo como el banco Tampax…porqué sirve para todo). Pero obviamente un banco malo requiere de una financiación, es decir gasto, público en este caso, con lo que de nuevo el problema sigue siendo el mismo.

Otro de los trocitos es su red de oficinas de fuera de Cataluña. El primer intento no prosperó y nos suponemos que el reciente segundo intento, debe atesorar el mismo camino de éxito a tenor del silencio que se ha dado a su evolución. Ya conocemos la dinámica de comunicación del Frob con Catalunyacaixa: cuando tienen una idea u oportunidad, la anuncian a bombo y platillo. Cuando se les va al traste, lo dicen con boca pequeña, con rodeos y a calendario pasado. ¿Por ejemplo? Su “celeridad” presentando su cuenta de resultados anual.

En esa misma dinámica, se debería considerar la venta, fallida en “extrañas” circunstancias informativas, de su gestora inmobiliaria que al parecer se encuentra en su segundo intento, y la de su gestora de fondos, que a pesar de haberse anunciado su intento de venta el pasado mes de enero, salvo error, hasta la fecha no se conocen nuevos datos.

Entera, a trozos, por partes o a cuarto y mitad…la pesadilla sigue siendo la misma ¿Qué hacer con Catalunyacaixa para que la segura pérdida que supondrá su venta, no compute como déficit público? 

Pues no debe haber respuesta a este “lado” de la piel de toro, ya que imaginamos que es por ese motivo que De Guindos se ha ido a Bruselas a negociar, en este caso y según cita la prensa, que la venta de esa cartera hipotecaria problemática pueda hacerse sin en ese impacto en las arcas públicas.

A nosotros, que nos encanta el cine, el caso de Catalunyacaixa, y en particular esta nueva negociación con Bruselas, nos recuerda la escena final de la película La Caza del Octubre Rojo, cuando el embajador ruso le dice acongojado al representante del gobierno americano que han “perdido” un nuevo submarino y éste le responde: ¿otro?

Veremos qué tal se le da el ruso a De Guindos en Bruselas y que no le recuerden lo de la suspensión de la segunda subasta (¿Habrá chinos en Bruselas?).

¡Ah¡ Por cierto, casi se nos olvida…dice también el Frob, que la subasta de la entidad se ha retrasado al mes de junio. Una fantástica oportunidad para ganar un dinerillo apostando en contra.


martes, 18 de marzo de 2014

Catalunya Banc…banca de proximidad, de complicidad, de connivencia

Cuando un sistema judicial se utiliza como irrefutable coartada para blanquear una mezquindad, la sociedad a la cual pretende servir dicho sistema, está en peligro. Si además, esa utilización, parte del gobierno del estado, entonces, ese sistema está perdido.

Si quiénes deben proteger a los ciudadanos, además de garantizar el buen destino y gobierno del dinero de sus impuestos, se sienten con la suficiente impunidad, para convertir la demanda por despido improcedente de los ex dirigentes de Catalunya Banc, Adolf Todó y Jaume Masana, en una “mise en scène” propia de miserables tahúres y maestros del cambiazo, es que, además el sistema da evidentes muestras de pudrimiento.

Pero parece que para los señores del FROB, y por ende del gobierno que les dirige, no era suficiente haber validado y respaldado durante más de año y medio a estos dos directivos a pesar de la evidente situación de quiebra en la que se encontraba la entidad que dirigían desde 2008, ni los desmanes contables de su balance. Tampoco los 12.000 millones recibidos en ayudas directas fueron motivo en ese periodo de ningún tipo de reprobación ni censura, así como tampoco las insultantes condiciones retributivas e indemnizatorias previstas en sus contratos.

Su gestión al hacerse cargo de esta entidad en 2011, se acomodó en un irresponsable e inexplicable “laissez faire” que acumuló fracaso tras fracaso en ventas imposibles, soluciones previstas de las que se desdecían con la misma rapidez y temeridad con la que se anunciaban, troceos que no lo eran y espurias promesas del gran valor de una entidad que, en 2012, perdía más de 11.800 millones de euros al mismo tiempo que recibía más de 12.000 en ayudas.

Mientras, la realidad se hacía incontestable, y el atractivo real de Catalunya Banc, si alguna vez tuvo alguno, se volatilizó por completo con la música de fondo de su desastre económico y escándalos de toda índole: su gestión de los híbridos, la demanda del fiscal anticorrupción a sus dirigentes, ocupaciones diarias de oficinas por plataformas antidesahucios, operaciones inmobiliarias de un rigor más que dudoso, incongruentes valoraciones de sus participadas, posible intento de manipulación de cuentas, un ERE demandado y recusado, etc.

La indignante sentencia a favor de Adolf Todó y Jaume Masana puede contemplarse desde diversos puntos de vista. El más evidente, por el empeño puesto por el juez en así constatarlo en el desarrollo de la sentencia, es manifestar la más que reprobable pasividad y dejación del FROB en argumentar y defender la procedencia de dicho despido. Tanto es así, que se hace imposible albergar otra explicación para ello, que no fuese la de querer vestir de legalidad e imposición debida, el cobro de una indemnización, que tenía perfectamente prevista pagar.

En parte, era de esperar. Si la falta de respeto más absoluto a la dignidad y derechos de los ciudadanos ha sido la pauta habitual de quienes han permitido el escándalo de los híbridos, la salida a bolsa de Bankia,  la gestión dolosa y exenta de cualquier control en no pocas instituciones financieras de este país, el ensalzamiento de los Blesa, Rato, Abad, Serra, etc. ¿Por qué iban a actuar de otra forma en el juicio de estos dos personajes? ¿Cabía esperar realmente un acto excepcional de responsabilidad y diligencia a estas alturas?

Pensar que el FROB ha hecho bien su trabajo en ese proceso es casi imposible, dado el currículum de torpezas que atesora a lo largo de su existencia, especialmente en lo referente a Catalunya Banc. Pero tampoco hay duda que a un organismo público no puede negársele ni perdonársele ignorancia alguna sobre el conocimiento de las leyes ni del funcionamiento de la justicia. Por tanto, no ha lugar suponer como un simple error el no haber planteado adecuadamente el despido de Adolf Todó ni de Jaume Masana, así como tampoco su defensa ante la justicia, para finalmente obtener una sentencia incomprensible, irritante e indecente a todas luces. Cuando la incompetencia genera injusticia y agravio, entonces, debe llamársela de otra forma.

Otra perspectiva a considerar es el de la actuación judicial. En otras palabras, la sentencia. Entendemos que centrar el debate en si los jueces deben ceñirse o no al marco legal establecido así como al procedimiento judicial establecido, es una absurdo camino que a poco o nada conduce, incluso en el caso de unos personajes con tan ingente bagaje de hechos y actuaciones punibles como son las de Adolf Todó y Jaume Masana al frente de Catalunya Banc. El asunto no es ese.

La  reflexión debería ser, a nuestro entender, si queremos un ordenamiento jurídico que pueda ser manoseado con unos fines e intenciones que no son precisamente los que emanan del marco legal que tiene como objetivo hacer cumplir y, en consecuencia, dejar sin protección al resto de ciudadanos a la vez que promover la existencia de tales actuaciones.

Cierto debe ser que un juez no puede poner más empeño en una causa y en unas pruebas, que la que pongan los propios litigantes, ¿pero y si con ello se tiene constancia de cierto amañamiento evidente entre las partes y que por tanto determinados delitos quedaran sin la sentencia adecuada? ¿Alguien se imagina como se pondría un cirujano si se encuentra a su paciente jugueteando con su instrumental en el quirófano? 

A esta señora, la justicia, la venda en los ojos ha servido para que unos sinvergüenzas la hayan llevado engañada a un fiestorro de corruptos encorbatados, donde las copas las hemos pagados todos y donde a ritmo de “reggaetón” farfullero nos han tomado el pelo miserablemente. Unos, por ceñirse ciegamente a la legislación y procedimiento legal vigente. Y otros, por utilizar ese marco de la forma más provechosa para sus intenciones.

A Adolf Todó y a Jaume Masana poco nos queda por decirles de su gestión, su inmoralidad y su desvergüenza por su paso por Catalunya Banc. Nunca tanta incompetencia ha sido tan bien remunerada y de forma tan ciega como impune. A los miembros del FROB que ya andamos demasiado cansados del cinismo e ineptitud en su gestión, aunque eso sí, quedamos a la espera de su siguiente despropósito que, a buen seguro, no tardara en darse.