miércoles, 18 de junio de 2014

Catalunya Banc… Ahora o que calle para siempre

Julio de 2013, el director general del FROB declaraba que la tercera subasta de la entidad iba a ser en octubre –de ese mismo año, se entiende- y que en esa ocasión, no podía cerrarse en falso. Al mismo tiempo, aprovechaba para defender la gestión realizada en la entidad, su elevada liquidez y la inexistencia de riesgo inmobiliario en sus balances, así como haber superado la gestión de los híbridos, quedando únicamente pendiente, su ajuste laboral. Un ajuste que se haría efectivo a los escasos 4 meses mediante la firma del correspondiente ERE.

Justo también 4 meses antes, los que habían pasado desde marzo de ese mismo año,  se suspendió la segunda subasta de la entidad por ausencia de ofertas. Lo cierto, es que no se aceptó la oferta de 1.200 millones que el Banco Pastor hizo con la condición de disponer de la totalidad de los  5.000 millones de exenciones fiscales que poseía CX durante los siguientes 8 años, en lugar de los 1.600 que se ofrecían. Total, ante la negativa, finalmente el Pastor igualó su puja a la del resto, dando por CX 1 euro.

Recordemos, para finalizar este “guadianero” periplo temporal sobre la venta de CX, que todo había empezado en abril del 2012, cuando se comunicó el proceso de venta de la entidad, un proceso que se paralizó a los 2 meses, en tanto se concretaba la valoración de la banca española a realizar por las consultoras Oliver Wyman y Roland Berger, con el objetivo de determinar las condiciones de la ayuda a solicitar a Bruselas y que se reactivó al noviembre siguiente con el desenlace ya citado.

Entre todos estos hitos, anulaciones y aplazamientos, la dinámica de comunicación sobre el proceso de venta por parte del gobierno, FROB y la propia CX, ha sido el mismo, girando alrededor de 3 emblemáticas farsas. Léase: 
  • Las excelencias y prosperidades financieras y de valor de la situación de la entidad en todo momento.
  • El juro y perjuro continuado en la recuperación de las ayudas prestadas a la entidad.
  • La constante aparente cantidad de pujadores interesados en cualquier trozo, parte o totalidad de CX. Tantos existían, como tantos se retiraban, pero daba igual. La venta de CX siempre se ha anunciado con más concurrencia que la boda de la más afamada folclórica, aunque finalmente su lista de boda siempre quedaba desierta.

Hoy, en pleno trance del tercer intento de venta, la situación no ha cambiado. Se vuelven a dar los mismos tópicos a nivel de declaraciones sobre el estado de la entidad y sobre el devenir final de dicha venta.

De Guindos sigue declarando que “detecta bastante” interés en la subasta ya que existen numerosas entidades analizando los datos de CX, confiando incluso en que se puedan recuperar “gran parte” de las ayudas concedidas. A estas alturas, los datos de CX deben de ser, tras el genoma humano, la información más analizada y revisada de la historia de la humanidad.

Sinceramente, lo de este personaje ministro, es para nombrarlo representante vitalicio a Eurovisión y no por como canta –que lo hace- sino por el gusto que le tiene a los reveses que sus mismas palabras le acaban dando más pronto que tarde.

Lo deleznable de esta tenaz versión financiera del “Cariño, no es lo que parece”, es el empecinamiento en disfrazar y mentir sobre la verdadera situación de la entidad, algo que es conocido, sabido y transparente para todo el mundo a estas alturas: un balance indigerible de pésima calidad y perspectivas en cuanto a su consistencia y rentabilidad en cualquier horizonte temporal, cuya digestión solo puede sobornarse a golpe de las correspondendientes contrapartidas económicas para el comprador, superiores a los 3.500 millones actuales que no suponen, por lo que se está viendo, ningún aliciente, y un nuevo redimensionamiento de la parte adquirida de proporciones considerables –algunos fuentes ya han vaticinado que próximo a los 1.000 empleados.

Si a esta situación, añadimos la amenaza que puede suponer para el comprador, que una parte nada desdeñable de sus futuros clientes, unos 90.000 según se dice, titulares de los préstamo hipotecarios que se venderán a fondos buitre, puedan sentirse aún más “satisfechos y bien tratados” por los nuevos propietarios de sus hipotecas, un pato que pagaría no el tan filantrópico y mecenas como especulador G. Soros, sino la entidad compradora de CX…¿A qué viene señor De Guindos tanta insistencia en llamar boda a lo que no será más que un bodorrio? 

A estas alturas, todos los titulares -¿veraces?- de la prensa nos muestran que la terna de compradores queda reducida a Banco de Santander o CaixaBank. Nuestro parecer, que únicamente tiene valor para nosotros obviamente, es que hasta el mes de agosto, aun queda margen para alguna inexplicable y sorprendente situación, que vuelva más extraño y rocambolesco un desenlace, que debería de haber sido tan sencillo, como predecible.